¿Qué es la fotografía? ¿Un conjunto de colores?  ¿Un haz de luz que entra por la abertura de una lente? ¿Un pedazo de papel bañado de nitrato de plata y hoy amarillento por la pátina del tiempo? ¿Un conjunto de datos que se despliegan en un programa de computadora? Son o pueden ser todas estas cosas, juntas o separadas.

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Tal vez se me acuse de nostálgico, pero en generaciones pasadas la fotografía era todo un acontecimiento. No había prisa, había mesura y prudencia tanto en los equipos como en los procesos de la creación de una imagen. Recuerdo el tiempo de espera y la emoción al ver el resultado final. Las fotografías se tomaban en ocasiones especiales para guardar y recordar momentos en la posteridad. Y esa fotografía es la que me acompaña, de la que me he enamorado: la de la composición, la de la profundidad  de la emoción y la del recuerdo permanente.